Dividida en cuatro parcelas con nombres tan bonitos como Casablanca, La Maja Haza del conde, La Manga y el Calar.
Nuestra plantación es de cultivo tradicional con olivos de tres pies y con un marco entre ellos de diez por diez metros.
Disponen de sistema de riego en toda la finca asegurando una estabilidad en la producción de cada campaña.
Con la seguridad de que sólo respetando el medio ambiente y sus tiempos haremos una tierra más natural y sostenible, utilizamos abonos orgánicos que proceden de la poda, así como mantenemos la cubierta vegetal, lo que favorece la lucha contra la erosión del suelo.
Sin olvidar el factor humano, tenemos la convicción de que somos unos afortunados, pues contamos con familias que generación tras generación han contribuido con su trabajo a lo que es hoy nuestra finca.
Sin ellos este proyecto no hubiera sido posible, son nuestros “ángeles del campo” los que día a día cuidan y velan por nuestra tierra y nuestros olivos.
¡Mil gracias a todos ellos!