Es deseo de nuestra familia que estas primeras líneas estén dedicadas a nuestro padre y abuelo, Juan Soto Climent, un caballero y un gran señor en el más amplio sentido de la palabra. Él nos transmitió los valores de compromiso, amor al trabajo, unión familiar, paciencia y sobre todo prudencia. Él amó como nadie esta nuestra tierra ahora. Su pasión fue su campo, sus olivos y sus caballos.
Este proyecto es sin duda un homenaje y la más sincera muestra de agradecimiento a todo lo que él hizo por allanar el camino de sus hijos. Cuando él se fué “todo lo dejo hecho”, el cortijo, la plantación de olivar, la mecanización de la finca… Así que para evitar que el olvido borre para siempre la memoria de aquel que nos ha precedido, sus hijos tenemos la obligación de dejar un legado a la siguiente generación e inspirarles orgullo de pertenecer a esta familia.